Isaías 45:22. -Vuelvan a mí y sean salvos, todos los confines de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay ningún otro.

Introducciòn a los Devocionales


Escogida del libro Todo por Gracia de Charles Spurgeon 


“Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” Romanos 5:20


Sin duda, muchos hombres y mujeres de condición humilde leeran este
volumen, y el Señor les visitará con gracia.

Para cumplir este propósito se ha
escogido el lenguaje más sencillo, y se han utilizado muchas expresiones 
comunes. Pero si algunas personas de riqueza y abolengo leyeran el libro,
el Espíritu Santo podría conmoverlas a ellas también, ya que lo que puede ser
comprendido por el iletrado no es menos atractivo para el instruido.
¡Oh, que lo leyeran algunos que a su vez se convirtieran en grandes ganadores 
de almas!
¿Quién podría saber cuántos encontrarán su camino a la paz por medio de
lo que leyeren aquí?
Una pregunta más importante para ti, querido lector, es esta:
¿Serás tú uno de ellos?

Un cierto individuo colocó una fuente a la vera del camino, y colgó en la fuente
un vaso que pendía de una cadenita. Algún tiempo después le contaron que un
gran crítico de arte había criticado severamente su diseño. “Pero”—preguntó el
hombre—“¿hay muchos sedientos que beben de la fuente?” Le respondieron 
que miles de pobres, hombres, mujeres y niños,calmaban su sed en esa fuente;
entonces él sonrió y dijo que le turbaba muy poco la observación del crítico,
y que sólo esperaba que algún día del ardiente verano el propio crítico pudiera
llenar el vaso y refrescarse y alabar el nombre del Señor.
Aquí está mi fuente y aquí está mi vaso: critícalos si te place; pero, por favor,
bebe del agua de vida.
Lo único que me importa es eso. Yo preferiría bendecir el alma del más pobre
barrendero callejero, o del recogedor de basura, que agradar a un príncipe sin
poder convertirlo a Dios.
Lector,
¿estás dispuesto a hacer algo al leer estas páginas?
Si es así, estamos de acuerdo de entrada; que encuentres a Cristo y el cielo
es el único propósito que se persigue aquí. ¡Oh, que podamos buscarlos juntos!
Yo lo hago al dedicar este librito con oración.
¿No te unirás a mí, elevando tu vista a Dios y pidiéndole que te bendiga mientras
lo lees? La providencia ha puesto estas páginas en tu camino; tienes un poco de
tiempo disponible para leerlas y te sientes dispuesto a prestarles tu atención.
Estas son buenas señales. ¿Quién sabe si el tiempo establecido para la bendición
ha llegado para ti?
De todos modos, el Espíritu Santo dice: “Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis
vuestros corazones.”