Isaías 45:22. -Vuelvan a mí y sean salvos, todos los confines de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay ningún otro.

Dònde perdiste la comuniòn con Cristo?

Lo busquè, mas no lo hallè.
Cantares 3:1

Charles Spurgeon

Dime exactamente dònde perdiste tu comuniòn con Cristo y te dirè dònde  podrìas redescubrirlo.¿ Lo dejaste en el clòset, en lo que consideraste que era una oraciòn sin respuesta? Entonces tu clòset de oraciòn es donde debes buscarlo. ¿Acaso perdiste la comuniòn con Cristo por culpa del pecado?
Entonces la ùnica manera de encontrarlo es abandonar tu pecado y requisar con la ayuda del Espìritu Santo cualquier aspecto de tu vida o tu cuerpo en los que todavìa permanezca la lujuria por el pecado. ¿Dejaste a Cristo por desatender las Escrituras? Entonces debes hallarlo en las Escrituras.
El dicho: Busca lo perdido donde lo hayas perdido porque allì estarà, tambièn se aplica en este caso. Por eso, busca a Cristo donde lo hayas dejado, porque èl no se ha movido de allì. No obstante, volver en busca de Cristo requiere esforzarse. En El Progreso del Peregrino, John Bunyan (1628-1688) nos relata que el peregrino descubre que el camino màs dificil por el cual transitò es el de regreso a la glorieta de la colina donde se le habìa caìdo el pergamino. Viajar  treinta kilòmetros hacia adelante siempre serà  màs sencillo que tener que regresar aunque solo sea un par de kilòmetros.Por lo tanto, una vez que descubres a tu Maestro, tienes que ser muy cuidadoso. Debes aferrarte a èl.
De nuevo, ¿còmo perdiste tu comuniòn con Cristo? Uno podrìa pensar que jamàs te separarìas de semejante Amigo, cuya presencia es tan dulce, cuyas palabras son tan consoladoras y cuya comuniòn es tan valiosa. ¿Còmo es posible que no hayas mantenido tus ojos fijos en èl a cada segundo, por miedo a perderlo de vista?
Aunque lo hayas dejado partir, què gran misericordia es que ahora lo estès buscando aunque suspires con dolor: ¡Si supiera dònde hallarlo! Sigue buscando, porque solo tù sabes cuàn peligroso es estar sin la comuniòn de tu Señor. Sin Cristo eres como una oveja sin pastor, como un àrbol sin agua para sus raìces o como una hoja seca y marchita que se lleva un huracàn. Te sientes separado del alimento del Àrbol de Vida.
Bùscalo de todo corazòn y lo hallaràs. Recuerda que debes someterte por completo a la bùsqueda y al final con total certeza, lo hallaràs para que continùe siendo tu verdadero gozo y deleite.